Al fin todo llega y ya estamos en la antesala de la locura. El viaje comienza en París y el Orient Express llevará a nuestro grupo hasta la aún lejana Constantinopla, llamada hoy día no oficialmente, Estambul. Los viajeros protagonistas de esta historia intentan desesperadamente no pensar en nada de lo que les aguarda. Tratan de afanarse en recordar, los últimos días en los que han tenido algo de paz y felicidad. Pero eso, no significa lo mismo para todos los miembros del equipo.
La pareja de enamorados fue feliz, presentado formalmente a la familia de él, a su extraña prometida. La familia de ella no estuvo en dicha celebración: digamos que son demasiado peculiares y que además están inaccesibles. Sin embargo, el último día feliz de la hosca compañera de viaje que resulta indispensable en cualquier batalla, fue cuando jugó con su perro por última vez o incluso cuando le dio una paliza a un montón de seguidores de Cthulhu, que intentaron en vano que no pudiesen tomar ese tren. Cada uno es feliz a su manera.
Gracias por leer esta entrada.
Comentarios recientes