La hermosa estación terminal del Orient Express en Estambul, produce una mezcla de asombro por su belleza y de terror porque el final del camino ha llegado. Lo que les aguarda a los viajeros en esas callejuelas camino de su destino, no va a ser un paseo turístico. Con todo, van a ciegas porque ni siquiera, tienen ni idea de donde tienen que ir para ayudar. Suerte que la dama del pelo negro azabache sea lo suficientemente poderosa y sensible como para captar no a donde ir, pero si desde donde se emana una energía terriblemente fría y desconocida.

Y ya se sabe: cuando no tienes un plan, cualquier cosa vale para empezar.

Gracias por leer esta entrada.

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