Los isleños no solo pueden vivir de la pesca porque se morirían de hambre. Curiosamente, complementan sus ingresos de una forma harto peculiar. Es sabido que esta isla tiene una dueña muy especial y que es bastante famosa entre cualquier erudito. Desde hace muchísimo tiempo un reguero de visitantes llega hasta aquí, intentado encontrar la cueva donde ella reside. Cuando se aburren de dar vueltas acuden a los lugareños y estos, se hacen de rogar hasta extremos insoportables. Regatean como diablos para conseguir el máximo dinero posible y luego los llevan a ver una cueva de formación natural que juran y perjuran, perteneció a la dueña de la isla.

Los visitantes son rápidamente invitados a largarse tras visitarla. Se van felices y contentos con historias falsas que contarán a todo aquel que quiera escucharlas y los lugareños, podrán dar de comer a sus hijos algo más que el habitual pescado. Es curioso que incluso alguna de esas historias, acabarán en algún libro académico. Todos ganan. Incluida la dueña de la isla.

Gracias por leer este post.

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