Aunque parezca que lo que estáis observando es una sencilla y minúscula iglesia ortodoxa, en realidad no es tal. Los habitantes de la isla más meridional del Mediterráneo son bastante peculiares. Aun contemplan rituales que han ido pasando de generación en generación, desde una época en la que la forma de ver el mundo era muy diferente. Nadie lo sabe. Nadie debe saberlo.

Estos isleños, son otra pieza más del engranaje de los acontecimientos, que se suceden sin tregua en el final de esta historia. La apariencia lo es todo y nada es lo que parece. Por muy pequeña que pueda aparentar ser una parte del evento, puede decantar la victoria de cualquiera de los bandos en esta liza. Esto implica la mayor de las discreciones, para poder seguir con vida. Además…, deben protegerla a toda costa.

Gracias por leer este post.

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