Tras un intenso año de lucha incesante, ya sabéis que debéis protegeros de los intersticios de la unión de paredes y techo. También os habéis encontrado con esas criaturas aladas tan peligrosas que casi os han arrebatado a la joven. Aún falta lo peor: hay cosas que se ocultan tras la propia realidad. Los días se precipitan. Estos ya no se cuentan. Tan solo se ansían los instantes de paz entre ataques, que ahora se suceden sin tregua. Estáis demostrando más valor, entereza y tesón del que nadie en su sano juicio podría esperar, de tres humanos y una mujer maldita.

Solo hay que aguantar unos días más. Las horas interminables, se deslizan como las arenas del desierto en los días sin viento y con la lentitud de un caracol deprimido. La presión y la tensión es tan poderosa que, el más mínimo sonido fuera de lugar hace que cambiéis a la joven de lugar. Casi siempre con razón. El evento resuena en vuestra mente y en vuestros corazones. La hora decisiva se acerca y aún no sabeis exactamente dónde está lo que necesitáis. Corred. Buscad. El horror aguarda.

Gracias por leer este post.

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